No es novedad, todos conocemos a alguien que corre y nos relata sus aventuras. Hoy desde el directivo de una multinacional hasta el operario usan esta actividad como terapia, necesitan “liberarse” del estrés cotidiano, y eso produce correr: libertad.

Este “viento a favor” del running que domingo a domingo se vive tanto en nuestro país como a nivel global, impactó en las carreras de montaña que se transformaron en una excusa para escaparse de esa realidad y poder disfrutar de un escenario maravilloso.

En el año 2000 la cifra de inscriptos en una carrera de montaña, rondaba las 200 personas, mientras que en la última edición, por ejemplo, de Patagonia Run 2015 tuvo la cifra de 2700 corredores. Esta competencia se desarrolla todos los años en San Martín de los Andes.

“En el año 2000 la cifra de inscriptos en una carrera de montaña, rondaba las 200 personas, en 2015 la cifra llegó a los 2700 corredores”

Vale la pena aclarar que las diferencias entre el clásico running, generalmente por asfalto y con perfiles muy estables, y las carreras de montaña son muy grandes y notorias. Aunque ambas disciplinas tengan el correr como la base del ejercicio, no hay duda de que iniciarse en montaña es iniciarse prácticamente en un nuevo deporte. Correr por senderos inhóspitos, al costado de un río o lago, llegar a la cumbre de algún cerro nevado sin más implemento que una mochila y tus piernas, hacen el atractivo de esta disciplina. Lo imposible de llegar tan lejos, se hace realidad en estas carreras.

Las empresas que organizan este tipo de carreras entendieron que tenían que salirse de la especificidad y debían abrirlo al runner de ciudad. Funcionó a la perfección; por mencionar ejemplos: el Cruce de los andes (Bariloche-Chile), reúne a 3000 corredores, entre las categorías solo y equipo (dos participantes) y cuenta con 110km dividido en tres etapas, Patagonia Run (San Martin de los Andes, Neuquen), convoca a 2700 corredores: divididos entre las distancias de 10, 21, 42, 70, 100 y 120km (de una sola etapa) o el k42 Adventure Marathon (Villa la Angostura, Neuquen), donde participaron 2000 corredores, entre las distancias de 15 y 42km.

Consejos para iniciarse en carreras de montaña

#Entrenamiento: para empezar a correr por montaña deberíamos tener una base de entrenamiento (correr regularmente), tener nuestro cuerpo habituado a los esfuerzos y al entrenamiento; no es lo mismo salir a correr por una plaza o por las calles cerca de casa, que aventurarnos montaña arriba sin tener bien medido nuestro estado de forma física. Si estamos corriendo por la ciudad, es fácil volver a casa, si estamos en la montaña, puede no serlo tanto.

#Ropa: hay que tener en cuenta los cambios de clima que puede haber en montaña; además podemos sudar mucho subiendo y después pasar frío bajando y esto puede afectar y mucho nuestro rendimiento. Existe en el mercado, indumentaria técnica, que simplifica el tema de abrigarnos de más. Una remera manga larga, una calza y un rompeviento son los más utilizados.

#Calzado: este tiene que ser el más adecuado para el tipo de terreno que pisamos, con buena suela, buen agarre (grip) y buena amortiguación. Debe tenerse en cuenta que muchos de los senderos agrestes por los que transitaremos, tienen el suelo flojo, piedras e incluso nieve y es de vital importancia estar bien aferrados al terreno.

#Hidratación y alimentación: Hay que ser conscientes de que el consumo calórico y líquido aumenta en montaña. Siempre llevar consigo una botella o lo que se utiliza en este tipo de carreras: mochilas de hidratación. Con respecto a la alimentación, al ser carreras de largo aliento, es necesario ir ingiriendo alimentos ricos en calorías; como barras de cereal, geles: contienen mucha glucosa (combustible principal del musculo), frutas e incluso llevar preparados sandwichs de jamón y queso, ya que también necesitamos reponer sales, además de las que tomamos al hidratarnos.

 

Foto: Blog Running de Gustavo Montes en InfoNews

via Soy Maratonista http://ift.tt/1EOUYXD