dieta perfecta

Hace unos días, decidir contactar a una de mis alumnas más disciplinada y entusiasta en mis clases de Zumba. Tenía varios días sin ir a clases, y me preocupada que estuviese atravesando alguna situación particular. Cuando conversamos me dijo:

“Estoy haciendo una dieta muy estricta y no puedo hacer ejercicios. Extraño mis clases de Zumba Erika, al terminar la dieta regreso”.

Quedé realmente sorprendida con la respuesta, sobre todo porque hace unos días traté de comenzar un proceso “Detox” con ella, me comentó que era muy fuerte y le dolía la cabeza. Traté de modificar el Detox de acuerdo a sus requerimientos, pero fue complicado, al final me dijo que no tenía mucho tiempo y que comenzó a tomarse unos batidos sustitutos de comidas a ver como le iba. No insistí más en el tema, me di cuenta que mi querida alumna estaba siendo victima de uno de los enemigos de los hábitos saludables: “¡Quiero resultados ya!”

En mi experiencia como instructora y como coach de estilo de vida, muchas personas me consultan sobre las diferentes dietas: ¿ésta funciona? ¿Es efectiva? ¿Cuál es la mejor? Seguramente te has hecho estas mismas preguntas y has saltado de una dieta a otra, como muchas personas. Yo lo hice por mucho tiempo. En mi preparación como Health Coach, estudié aproximadamente 100 teorías nutricionales: altas en carbohidratos, bajas en grasa, altas en proteína, la de 500 calorías, etc. Cada una plantea diferentes puntos de vista, y concluyo que ninguna tiene la verdad absoluta. Creo que ninguna de estas teorías es 100 % correcta, todas tienen aspectos positivos y negativos de acuerdo a tu individualidad. Cada cuerpo es un mundo, y ninguna de estas 100 teorías funcionan para todo el mundo. La mejor manera de saber que es lo que mejor funciona para ti, es observando como reacciona tu cuerpo con ciertos alimentos. También toma en cuenta estos 4 aspectos a la hora de comenzar con un cambio de alimentación:

  1. Prefiere los alimentos naturales: evita los alimentos procesados, por muy Ligth que digan que son, siempre contienen componentes artificiales que se acumulan en tu organismo, te inflaman y ponen a tu cuerpo en estado de acumulación de grasa para protegerse de los agentes extraños. Agrega lo más posible a tu alimentación frutas, vegetales y proteínas animales hechas en casa de manera natural.
  2. Olvídate de las dietas restrictivas: más que la cantidad de calorías, para mi es importante la calidad. Olvídate de esas dietas restrictivas en calorías, para mi son las más peligrosas. Si no le das a tu cuerpo la energía esencial para funcionar, lograrás que tu metabolismo se ponga en estado de reserva, muy lento. Quizá pierdas peso por la restricción de calorías, pero no es sostenible, en algún momento lo dejarás y tu cuerpo asimilará hasta el agua que te tomes, sufrirás el efecto rebote.
  3. Agrega en lugar de eliminar: cuando te dicen que no puedes hacer algo, más lo quieres. Así funciona la mente del ser humano. Así que hazle trucos a tu mente, no le digas que no puede, sólo comienza a agregar poco a poco los alimentos adecuados para ti, más saludables y naturales. Lo que no funciona para tu organismo irá desapareciendo poco a poco.
  4. Las buena alimentación es para siempre: esa es la diferencia entre las dietas y una alimentación saludable. Una dieta es un evento particular que dura un tiempo determinado, la buena alimentación es un proceso que dura para siempre y deja resultados para siempre. Quizá no veas resultados inmediatos en cuanto a libras o kilos, pero paulatinamente iras eliminando grasa y líquido de tu cuerpo y te iras sintiendo llena de energía.

Foto: Thinkstock.com



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