Soy diabético y quiero hacer ejercicios,

¿qué consideraciones debo tener?

Empecemos definiendo qué entendemos por ejercicio físico. Ejercicio es toda actividad física estructurada que involucra el movimiento de diferentes estructuras corporales donde se origina un gasto calórico. La característica de ser estructurado es lo que diferencia al ejercicio de una actividad física. Así por ejemplo, hacer las tareas de limpieza de la casa constituye una actividad física donde también hay gasto calórico, pero caminar en el parque unos 30 minutos constituye un ejercicio físico. El ejercicio usualmente es una tarea planificada que tiene un carácter saludable.

Si bien es cierto que hay abundante evidencia científica que prueba que el ejercicio tiene impactos muy positivos sobre la salud, no sólo en términos de aumento del gasto calórico, pérdida de peso, disminución de riesgos cardiovasculares y mejoras en marcadores metabólicos, también es cierto que hay consideraciones importantes a la hora de practicarlo para evitar lesiones o incluso aumento de los riesgos de pacientes con enfermedades agudas o crónicas establecidas.

Especialmente los pacientes diabéticos deben conocer las recomendaciones que han realizado las principales instituciones ligadas al estudio y tratamiento de la diabetes y sus consecuencias, tales como la Asociación Americana de la Diabetes (ADA), la Asociación Americana del Corazón (AHA), el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM) y el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC).

La diabetes es una enfermedad crónica que cursa con alteraciones del metabolismo de la glucosa, bien sea por la insuficiente producción de insulina o por la disminución de la efectividad de acción de la misma, manteniendo niveles elevados de glucosa en sangre, que si no logran controlarse pueden producir daños en vasos sanguíneos, riñones, corazón, ojos y terminaciones nerviosas. Este aumento de la glucosa sanguínea se contrapone a niveles disminuidos de glucógeno muscular, y como sabemos, el glucógeno es una de las fuentes energéticas más importantes para el músculo.

Además, en la diabetes se ve disminuido la capacidad oxidativa de los ácidos grasos libres en las Mitocondrias, que también constituyen una fuente energética para el ejercicio. De esta manera, el diabético tiene menos tolerancia al ejercicio físico que su contraparte no diabético, es decir, frente a esfuerzos moderados puede sentir mayor fatiga y mayor dificultad. Por eso es muy importante considerar programas de entrenamientos progresivos que empiecen con baja intensidad y pocos minutos y que vayan aumentando progresivamente en la medida que las condiciones cardiorespiratorias van mejorando.

Es prudente mencionar que como la diabetes puede ser responsable del aumento del riesgo a padecer enfermedad cardiovascular, antes de comenzar un programa de entrenamiento estructurado se debe visitar al especialista para recibir una valoración completa y la aprobación para hacer ejercicios. Adicionalmente, como el paciente diabético utiliza medicación para mantener sus niveles de glucosa controlado, es posible que los niveles de glucosa bajen más allá de los valores normales durante el ejercicio (hipoglicemia). Condición delicada que debe ser monitoreada antes, durante y después del ejercicio.

Ahora bien, cuál sería entonces la indicación de ejercicio para el paciente con diabetes, una vez que el especialista lo ha autorizado:

  1. Hacer 150 minutos de ejercicio aeróbico de moderada intensidad a la semana divididos entre 5 o 6 días. Entrenamientos más largos o de mayor intensidad pueden representar un mayor gasto de glucógeno y acelerar la hipoglicemia.
  2. Los 150 minutos semanales pueden ser alcanzados después de varias semanas donde se aplica la progresión, es decir, empezando con pocos minutos al día y en la medida que mejora la condición de fitness cardiorespiratorio y la tolerancia al ejercicio se pueden subir los minutos de actividad. Se puede llegar a un máximo de 300 minutos a la semana.
  3. Realizar mediciones de glucosa sanguínea antes, durante y después del ejercicio, para evitar hipoglicemias, hasta tanto el paciente llegue a conocer la respuesta de su glucosa sanguínea con el ejercicio. En todo caso, se debe estar preparado para actuar en caso que los niveles de glucosa bajen por debajo de los valores normales.
  4. Los ejercicios de fuerza están recomendados de dos a tres veces por semana, trabajando con poco peso y entre 12 a 20 repeticiones. Los ejercicios de fuerza mejoran la condición estructural y metabólica del músculo, lo cual favorece al incremento de la sensibilidad a la insulina.
  5. Pueden incluirse también ejercicios de balance y flexibilidad, tales como el yoga.

Para mayor información acerca de programas de ejercicio específicos para pacientes diabéticos puede contactar al especialista de fitness terapéutico a misupercoach@gmail.com

 

 

Lic. Gerardo Celli
Biólogo / Tecnólogo de alimentos
Master PAG (IESA)
Master en Fisiología del ejercicio (en curso UCM Brasil)
Fundador de Fitness Terapéutico
@MiSuperCoach
misupercoach@gmail.com

 

Foto: Photos.co



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