La confianza es una herramienta fundamental para un corredor, y más para un maratonista. Tener confianza en uno mismo no es que sea importante, es que es indispensable para poder cumplir nuestros objetivos. Para completar una carrera no sólo debemos tener la capacidad de hacerlo sino también estar convencidos de que tenemos esta capacidad.
Igual que podemos trabajar nuestro físico, debemos trabajar la confianza. Tener la predisposición mental adecuada a la hora de enfrentarnos a una carrera es tan importante como estar preparado físicamente. Y del mismo modo que entrenamos nuestros músculos, podemos entrenar nuestro cerebro y emociones.
Confiar en uno mismo nos afecta a distintos niveles, no sólo el emocional. La confianza nos ayudará a tomar decisiones más racionales y también nos servirá para generar bienestar.
La siguiente infografía, creada por PokerStars, está diseñada como parte de las estrategias que los jugadores de poker deben aplicar para que sus emociones no les jueguen malas pasadas, mantener la concentración, o resistir ante una gran presión psicológica y también física, puesto que tienen que competir durante horas. Estos mismos factores de la competición sobre el tapete se pueden aplicar al maratón.

Confianza en el corredor

Confianza en el corredor

La oxitocina es la hormona que se relaciona con la generación de relaciones de confianza, tanto con los demás como con nosotros mismos. De hecho, esta hormona se asocia con las conductas parentales (el instinto de supervivencia, la necesidad de proteger o el buscar lo mejor para nuestros hijos) y se incrementa notablemente durante el parto y la lactancia en las mujeres. La oxitocina nos ayuda a crear lazos, relaciones que se basan en la confianza.
Como vemos en la imagen, hay incluso alimentos que nos ayudan a generar más oxitocinas. Los cereales integrales, las legumbres, alimentos ricos en Omega 3 como el salmón o las nueces, algunos frutos secos e incluso el chocolate negro están dentro de la llamada comida del buen humor; son alimentos ricos en triptófano que es un aminoácido que genera euforia y da buena energía de manera totalmente natural.
La alimentación nos puede ayudar a sentirnos bien, lo cual es necesario para tener confianza en uno mismo, pero la clave pasa por tener la actitud adecuada. La euforia o la voluntad no son suficientes, no vale sólo con querer hacer algo, tienes que creer que lo puedes hacer.

Confianza al correr
Hay trucos que nos pueden ayudar a trabajar la confianza en uno mismo. La alimentación, como hemos visto, es uno de ellos y también el llevar un entrenamiento adecuado o el saber establecer objetivos realistas, que supongan siempre nuevos retos pero que sean alcanzables.
Sin embargo si hay un punto clave para generar confianza, si queremos establecer los cimientos de la autoconfianza, sólo hay una cosa que podemos hacer: CONOCERSE.
Conocerse se a uno mismo es fundamental para saber qué tipo de alimentación necesitamos, qué tipo de entrenamiento podemos seguir, cómo deben ser los objetivos a conseguir… Uno debe saber qué necesita para poder cubrir esa necesidad.
Tal y como explica el psicólogo español David Llopis en el podcast para Maratón Radio que se puede escuchar más abajo, hay distintas fuentes de información que nos ayudarán a conocernos mejor: nuestra propia experiencia, las experiencias de otros corredores y los consejos de profesionales como entrenadores.
Es importante que, a la hora de recibir información, hagamos una selección de lo que nos interesa y lo que no. Aquí entra en juego el pensamiento positivo.

Pensamiento positivo
Es inevitable tener pensamientos negativos a la hora de enfrentarnos a una carrera, especialmente para los corredores que empiezan, pero lo importante es saber detectar esos pensamientos y sustituirlos por otros que sean positivos. Por ejemplo, no nos debemos centrar en la historia de aquel corredor que no pudo terminar la carrera pese a llevar meses entrenando, sino que debemos acordarnos de todas las increíbles historias de superación que escucharemos si nos ponemos a conversar con otros maratonistas. Seguro que si abrimos nuestros oídos, escuchamos muchos más “después de acabar aquella carrera me he dado cuenta de que no hay nada imposible” que “ni lo intentes, es imposible”.
La preocupación ante una carrera, sobre si seremos capaces de superarla o no, si estamos preparados físicamente, es normal y hay que asumirla. Pero no se puede afrontar ningún tipo de reto pensando que no se va a conseguir; si creemos que no vamos a ser capaces, no lo seremos. Hay que potenciar los pensamientos positivos y tomarse la carrera como la oportunidad de demostrar(nos) todo lo que hemos trabajado.
Una buena preparación hará disminuir la preocupación. Lo que no controlamos nos genera inquietud pero si has entrenado, si te has puesto unos objetivos que te has esforzado por cumplir, si en definitiva estás preparado, no hay nada que temer.
El maratonista no nace, se hace. Para saber correr hay que trabajar. Se debe evitar un exceso de confianza que pueda ser contraproducente, por eso hablábamos de la necesidad de establecer objetivos realistas cuya dificultad vaya en aumento y, sobre todo, de conocernos, saber lo que somos capaces de hacer y qué es lo que nos motiva, lo que nos ayuda a mejorar.
La confianza hay que ganarla y, lo más importante, no hay que dejarla marchar. Y recuerda, ante la duda, simplemente repite en voz alta: Sí, puedo.



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