correr lesiones

Los calambres musculares pueden detener a los atletas en su camino. Aunque suelen autoextinguirse en cuestión de segundos o minutos, las contracciones musculares bruscas, duras e involuntarias pueden causar una agonía e inmovilidad de leve a grave, a menudo acompañada de un nudo en el músculo afectado (Minetto et al. 2013). Y los calambres son comunes; entre el 50% y el 60% de las personas sanas sufren calambres musculares durante el ejercicio, el sueño o el embarazo o después de un esfuerzo físico vigoroso (Giuriato et al. 2018). No hay diferencia de género con los calambres musculares esqueléticos, pero parecen ocurrir con más frecuencia en los atletas de resistencia y en los ancianos (Naylor & Young 1994).

Durante el ejercicio de resistencia, los calambres musculares se correlacionan con la duración e intensidad de los entrenamientos. Los profesionales del fitness y los clientes hablan con frecuencia de los calambres musculares, pero hasta hace poco se desconocía sobre su fisiología real.

Tipos de calambres musculares

Giuriato et al. clasificó los calambres musculares en tres grupos:

  1. Los calambres nocturnos se producen durante el sueño sin ningún desencadenante claro.
  2. Los calambres patológicos son consecuencia de padecer diabetes, disfunciones nerviosas o trastornos metabólicos.
  3. Los calambres musculares asociados al ejercicio se producen durante o después del esfuerzo. La primera confirmación científica de estos tipos de calambres data de 1908, cuando se describieron en mineros que trabajaban en condiciones de calor y humedad.

Factores de riesgo de calambres musculares

En el caso de los corredores de maratón, la investigación ha encontrado ciertos riesgos asociados a la aparición de un calambre muscular (Schwellnus, Derman y Noakes 1997). Estos riesgos incluyen un historial más largo de correr, una edad avanzada, un índice de masa corporal más alto, un tiempo de estiramiento diario más corto, hábitos de estiramiento irregulares y un historial familiar de calambres.

Schwellnus, Derman y Noakes informan que las dos observaciones más importantes de la investigación son que los calambres asociados al ejercicio para los maratonistas son la fatiga muscular (vinculada a las carreras más largas) y los malos hábitos de estiramiento.

Primeras teorías sobre las causas de los calambres musculares

Las primeras teorías sobre el origen de los calambres musculares se centraban en los electrolitos, la deshidratación y el entorno. Schwellnus, Derman y Noakes analizaron tres de las primeras teorías sobre las causas de los calambres musculares asociados al ejercicio.

Teoría de los electrolitos séricos

El plasma sanguíneo contiene electrolitos, como sodio, potasio, cloruro, bicarbonato, calcio y fosfato. Aunque a menudo se atribuye la causa de los calambres a la depleción* de electrolitos, en la actualidad no existe una explicación sólida de cómo las bajas concentraciones de electrolitos en suero pueden dar lugar a esta afección. Schwellnus, Derman y Noakes señalaron dos estudios que midieron las concentraciones séricas de electrolitos en corredores de resistencia antes de la carrera, inmediatamente después de la carrera y a los 60 minutos de recuperación tras el ejercicio. Ninguno de los dos estudios encontró una conexión entre la recuperación después de la carrera, los calambres musculares y los cambios en las concentraciones séricas de electrolitos.

Teoría de la deshidratación

En el pasado, los estudios han sugerido tratar los calambres musculares en trabajadores y bomberos con líquidos y electrolitos. Pero esos estudios no medían la hidratación. Estudios más recientes que han estimado el volumen sanguíneo y el volumen plasmático no apoyan la teoría de que la deshidratación tenga una relación directa con los calambres asociados al ejercicio.

Teoría ambiental

Esta teoría surgió de la condición conocida como "calambres por calor". Aunque el ejercicio en un entorno cálido y húmedo puede estar relacionado con la aparición de calambres musculares, no hay pruebas que demuestren que los calambres estén relacionados con un aumento de la temperatura corporal central.

Teoría actual sobre los calambres musculares

El concepto más reciente de los calambres musculares es una teoría neuromuscular (Giuriato et al. 2018). Esta teoría ha evolucionado hasta señalar dos orígenes: uno central (columna vertebral) y otro periférico (unión neuromuscular).

La teoría del origen central o espinal sugiere que la contracción involuntaria de un músculo se produce cuando los mensajes nerviosos a la columna vertebral se alteran, quizás debido a la fatiga muscular (véase "La teoría neuromuscular de los calambres musculares esqueléticos"). Esto da lugar a un desequilibrio de los mensajes espinales excitatorios (de los husos musculares) e inhibitorios (de los órganos tendinosos de Golgi) hacia los músculos (véase "¿Qué son los husos musculares y los órganos tendinosos de Golgi?", más adelante). Este desequilibrio de la señalización neural conduce a una mayor excitabilidad de las células musculares y a la aparición de calambres.

Con la teoría del origen periférico, los científicos sugieren que hay una excitación anormal de las ramas terminales de los nervios motores hacia el músculo, lo que provoca calambres.

Las pruebas científicas de la teoría neuromuscular son cada vez más numerosas. La investigación parece demostrar que, en algunos casos, el músculo fatigado no puede relajarse completamente. Esta condición conduce a un desequilibrio entre las señales excitatorias y los mensajes inhibitorios para el músculo. Así que las investigaciones más recientes parecen apoyar la teoría del origen central del calambre muscular (Giuriato et al. 2018; Scwellnus, Derman & Noakes 1997).

*Depleción: Disminución de cualquier líquido, en particular la sangre, contenido en un territorio o en todo el organismo.

Fuente extraída por: IDEA



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