Correr descalzo

Estás en la playa un fin de semana… ¿Cuántos hemos caído en la tentación de correr descalzos por la orilla? Entre corredores, actualmente existe un debate sobre correr descalzos o no. Te compartimos algunos argumentos y tú decides.

¿Cómo surgió la idea de correr descalzo?

Correr descalzo o barefoot running como se le conoce en inglés comenzó en 2009, cuando el autor Christopher McDougall aseguró que “hemos nacido para correr” descalzos. Su publicación vendió millones de ejemplares y causó que muchos runners decidieran comenzar a correr siguiendo este estilo

Ese año nació la Barefoot Runners Society (Sociedad de los corredores descalzos) y la revista científica Nature publicó un estudio según el cual correr descalzo reduce el riesgo de lesión, según reseña la web Runtastic.

¿Qué pasa cuando corremos descalzos?

De acuerdo con los expertos y practicantes de esta modalidad, el cambio biomecánico en la zancada, así como en el ángulo del pie y en el tipo de pisada aumenta la fuerza del pie y la sensibilidad natural cuando se usa la técnica del Barefoot running para correr.

Esto también mejora la elasticidad de los ligamentos y la economía de carrera. Otro punto a favor es que correr descalzo permite estar en contacto con la naturaleza, como extensas playas de arena suave y blanca o senderos cubiertos de hojas.

Para los seguidores de correr descalzos, la investigación indica que 100 gramos de peso extra en los pies disminuye el paso de la carrera en uno por ciento. ¿Te parece poco? La matemática dice que un par de zapatos de 280 gramos te hará un cinco por ciento menos eficiente. Agrégale 5% a cualquiera de tus tiempos y verás el resultado… ¡más de 5 minutos de diferencia!

Uno de los principales argumentos de correr descalzo es que esta práctica ayuda a prevenir lesiones. Estudios iniciales arrojó resultados favorables: los corredores descalzos sufrieron menos lesiones. Sin embargo, la verdad detrás de este estudio es que los corredores descalzos corrieron la mitad de distancia en comparación con aquellos que usaban calzado para correr. En términos de riesgo de lesiones por kilómetro, no hubo diferencia significativa.

Pero eso no es todo. Correr descalzo provoca que la parte delantera del pie sea la primera en hacer contacto con el suelo. Esta es una respuesta automática y natural del cuerpo para evitar aterrizar bruscamente sobre el talón, ya que no hay amortiguación. Al adoptar este tipo de zancada, aterrizando con la parte delantera del pie, se reduce la extensión máxima de la rodilla y la longitud de la zancada.

Al hacer contacto primero con la parte delantera del pie, se reducen algunas lesiones comunes en los ligamentos, la fascia plantar y la rodilla, pero aumentan las lesiones en el tendón de Aquiles y las pantorrillas. Para las personas que padecen problemas frecuentes en las rodillas, correr sin zapatilla puede aliviar el dolor, siempre y cuando se tolere bien el esfuerzo adicional en el tendón de Aquiles y las pantorrillas.

¿Y qué dicen los que corren con zapatillas?

Para los que apoyan correr con zapatillas deportivas en primer lugar lo hacen porque buscan la protección de objetos peligrosos. Y luego se espera el control de amortiguación y / o del movimiento, dos de los factores relacionados con la prevención de lesiones.

El debate sobre correr descalzo es intrigante y genera opiniones divididas. A lo largo de los años, hemos adoptado un estilo de zancada y desarrollado una musculatura que se adapta al uso de calzado con amortiguación. Sin embargo, al compararnos con nuestros antepasados encontramos diferencias significativas. Hoy en día, tenemos un mayor peso corporal, más grasa y una estatura mayor, elementos que no favorecen el rendimiento óptimo al correr. Pero, ¿qué dice la ciencia al respecto?

Explorando este tema, se han llevado a cabo numerosos estudios científicos para evaluar los beneficios y las posibles implicaciones de correr descalzo. Algunos investigadores respaldan la idea de que esta práctica puede fortalecer los pies y las piernas, mejorando la mecánica de carrera y reduciendo el riesgo de ciertas lesiones. Por otro lado, hay quienes argumentan que correr descalzo puede aumentar el estrés en ciertas áreas, como el tendón de Aquiles y las pantorrillas.

Al correr descalzos el cuerpo se ponen en alerta, y dedica toda la visión, músculos, huesos, tendones y estructuras de soporte de los pies para tener el mejor control posible, dicho estado hace que se pueda controlar mejor las fuerzas que se perciben durante la carrera.

Es importante destacar que no existe una respuesta definitiva para todos, ya que cada individuo tiene características y necesidades únicas. Al considerar el barefoot running, es crucial realizar una transición gradual y escuchar las señales de nuestro cuerpo. Consultar a un profesional de la salud o a un especialista en biomecánica puede ser de gran ayuda para comprender mejor cómo esta práctica puede afectar nuestro rendimiento y salud.

En última instancia, la ciencia nos proporciona información valiosa, pero cada corredor debe tomar una decisión informada basada en sus propias circunstancias. Sea cual sea nuestra elección, es fundamental recordar que el cuidado adecuado de nuestros pies y el uso de una zapatilla adecuada son aspectos esenciales para garantizar una experiencia de carrera placentera y segura.

Los podólogos afirman: "Algunas superficies suaves como la arena mojada aumentan la probabilidad de lesiones”.

Un punto en común: Se puede caminar descalzo por la casa, hacer ejercicios para fortalecer el pie, o correr hasta un kilómetro descalzo.

Un dato interesante: los estudios que apoyan correr descalzo han sido realizados en su mayoría, por antropólogos. Aún queda mucho que descubrir antes de apoyar esta decisión. Cada quien que tome su decisión. ¿Yo? Por ahora… me pongo mis zapatos.

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